La pandemia llegó llena de noticias aterradoras, la salud, la recesión, la desinformación y un largo tiempo de encierro. Sin embargo, también nos ha dado grandes oportunidades.

En el ámbito familiar nos ha brindado la posibilidad de reencontrarnos con esos espacios dejados de lado por el trabajo, estudio o un sin fin de actividades y compromisos. Al tener que encerrarnos, se nos generaron instancias para compartir en familia en diversos ámbitos. Almorzar y comer, todos los días juntos, compartir obligaciones parentales, que los niños realicen ciertas actividades hogareñas y mejoren su autonomía, momentos de reflexión y tiempo para comunicarse tranquilamente. El desarrollo de la empatía, la humildad y la generosidad, son algunos de los valores que hemos perfeccionado.

Lamentablemente, mucha gente ha sufrido por la pérdida de un ser querido, el trabajo, estabilidad económica, entre otras. Por eso quienes no hemos sido afectados tan fuertemente solo tenemos que AGRADECER y ver lo positivo. No digo que haya sido fácil, pero sin duda hay que levantarse todos los días y dar las gracias por la salud y la familia, por tener un lugar seguro, un trabajo y un plato de comida.

Quizás tengamos que volver a cuarentena total, pero igual sigue agradeciendo, cuídate y quédate en casa.

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